A la banca islámica o Sharia (que es como se conoce a la ley islámica) se la conoce principalmente por la prohibición de cobrar intereses y por estar basada en hacer negocios pero de forma ética.
Existe desde los tiempos posteriores al profeta, pero en los últimos 50 años es cuando ha crecido de forma exponencial principalmente en los países del golfo, como forma de revertir e invertir diversificando el dinero captado por el petróleo, pero también en otros países musulmanes en el norte de África e incluso en Asia (donde bancos como el HSBC ya ofrecen productos que cumplen con la Sharia) y tímidamente en Europa.