Obtener una educación financiera básica es imprescindible aunque no vayas a ser banquero. Es necesario tener una mínima capacidad de entender como funciona el dinero en el mundo. Con una buena base de educación financiera vas a poder elegir el mejor banco y los mejores productos, donde pedir un préstamos de forma segura. Te permitirá tomar mejores decisiones para la administración de tus recursos y conocer que es lo que más te conviene.
Cosas tan básicas como llevar la economía doméstica, hacer un presupuesto, elegir un producto bancario y utilizar con seguridad la banca online son desconocidas para una gran parte de la población.
La educación financiera nos aporta una mayor calidad de vida al tener la capacidad de generar riqueza, elegir los distintos créditos de forma acertada, poniendo atención en la tasa de interés, comisiones, etc… y, a la larga, nos aporta unas finanzas estables y preparadas para enfrentar cualquier imprevisto, porque aprendemos que debemos contar con un fondo de emergencia y diversificar ingresos, y nos permite seleccionar instrumentos financieros para que nuestras inversiones obtengan los mejores rendimientos con menor riesgo.
Es importante educarnos financieramente desde niños.
La CNMV y el Banco de España en su programa de promoción de la educación financiera en la ciudadanía, han presentado un Plan de Educación Financiera con el objetivo de contribuir a la mejora de la cultura financiera de los ciudadanos, dotándoles de herramientas, habilidades y conocimientos para adoptar decisiones financieras informadas y apropiadas. Con fecha 4 de junio de 2013 la CNMV y el Banco de España renovaron el Plan de Educación Financiera que ambos organismos pusieron en marcha en 2008 y por la que extienden sus actividades hasta 2017. Hasta la fecha diversas organizaciones públicas y privadas están desarrollando sus propios programas online de difusión de la cultura financiera.
La educación financiera ofrece beneficios considerables tanto para los individuos como para la economía en su conjunto, pues ayuda a desarrollar las habilidades necesarias para evaluar riesgos y considerar las ganancias potenciales de una operación financiera; en definitiva, ayuda a saber poner en una balanza tanto la parte positiva como la negativa de una situación y decidir los pasos a seguir.
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